Viendo las fotos del Estadio Olímpico de Londres 2012, es inevitable fijarse en sus 14 torres apoyadas en el perímetro interior de su cubierta. Son las que alojan gran parte del sistema de iluminación para el terreno de juego. Hay que tener en cuenta que se trata de un edificio de carácter permanente, pero que después de los juegos pasa de tener 80.000 a 25.000 asientos. Por ese motivo una parte de su estructura es desmontable.
Como viene siendo habitual en este tipo de edificios, sus dos graderíos están formados por vigas prefabricadas de hormigón. No ocurre igual con los pórticos, que están compuestos por un sistema metálico de acero (en color negro). A éste se superpone una estructura tubular (en blanco) que soporta toda la cubierta, que está completada por láminas textiles tensadas.
Los planos de sección del estadio son bastante reveladores: la altura de las torres de focos es casi la misma que el vuelo de la cubierta. Para garantizar su estabilidad, el equipo de ingenieros ha diseñado un sistema de cables tensados que une nudos superiores de cada torre con el resto de la estructura. Pero aún así, este estadio olímpico se recordará como uno de los menos atractivos de la historia.
Su aspecto sostenible/sustentable está basado en reducir (peso, tiempo de fabricación…), reutilizar, y reciclar, tal vez ese sea el motivo de tanta simpleza.
El proyecto del Estadio Olímpico de Londres es de Populous, un colectivo de arquitectos, diseñadores, técnicos, y veteranos de la industria.
Definirlo como uno de los menos atractivos de la historia me parece ser muy comedido. Apesar de ello siempre estara el olímpico de Montreal para superarlo…