No creo que este concepto de lápiz le interese mucho a artistas que les gusta interpretar la naturaleza. Pero podría valer para el mundo del diseño gráfico, o para quienes no pueden vivir sin su herramienta recoge color… ¿Por qué no hacerlo ahora del mundo real? El abanico de todos los campos en los que un lápiz de estas características sería de gran ayuda, es muy amplio. Por eso este Color Picker recibió el premio Reddot 2008 en la categoría educación.
Basta poner uno de los extremos del lápiz sobre el objeto y pulsar el botón de exploración, para que el dispositivo detecte el color gracias a su sensor RGB. Luego se hace la mezcla apropiada con la tinta almacenada en sus cartuchos. El resultado es una pluma que pinta con ese mismo color.
El mayor problema que debe presentar su desarrollo es el «reseteo» de color, pues al cambiar de color lo lógico es pensar que se tendrá durante un tiempo una mezcla incómoda de color, a menos que busquemos intencionadamente esas mezclas. En cualquier caso, no cuesta mucho imaginarse que un lápiz así sea también una herramienta muy divertida para muchos niños.
El lápiz Color Picker fue diseñado por Jinsun Park.