Nos encantó este parque, localizado en un pequeño y triangular solar de la ciudad japonesa de Kumamoto. Tanto su diseño, como los materiales utilizados, son bastante peculiares, demostrando además que un lugar urbano puede servir para descansar, refugiarse del sol, y de paso refrescarse los pies, sin hacer uso de ningún elemento vegetal.
Y es que el pequeño parque KIRIAKE está formado por tres charcos de agua, un parasol a modo de casquete geodésico (recién llegado del espacio exterior), algunos bancos dispersos de diferente tamaño, y unos lavabos públicos. Para las estructuras se ha utilizado el acero galvanizado, la piedra para los bancos, y parte del pavimento recuerda la textura de arena del típico jardín japonés. Todos los elementos mantienen un mismo criterio irregular en su diseño, haciendo que el conjunto atraiga por su singular rareza.
Es un proyecto de Takao Shiotsuka Atelier. A partir de un artículo de designboom.