La iglesia Circular en Brasilia (Brasil) es una maravilla arquitectónica que combina con maestría elementos de hormigón y madera. Se alza majestuosamente desde el suelo, ofreciendo a sus visitantes vistas panorámicas de 360 grados.
En 2022 los arquitectos de ARQBR concluyeron la monumental obra de hormigón, dentro de una extensión de 3.900 metros cuadrados. Se hizo como una ampliación del Plan Piloto urbanístico de Lucio Costa, destinado a la capital de Brasil. Este complejo religioso, también conocido como Iglesia de la Sagrada Familia, consta de cuatro edificios. Se ubica junto a uno de los ejes principales de carreteras, en el centro de la ciudad.
El proyecto arquitectónico comprende una iglesia ya existente, un anexo lineal, la nave circular, una casa parroquial, y un monolito de hormigón. Estas estructuras fueron meticulosamente diseñadas para realzar la línea del horizonte en este terreno plano.
El campanario monolítico de hormigón actúa como punto focal de las instalaciones, brindando una cálida bienvenida a los fieles.
Descripción de la iglesia circular
Lo primero que hay que saber es que esta iglesia circular se encuentra parcialmente enterrada. Su estructura de hormigón está soportada por seis pilares principales. Otro aspecto muy importante de su diseño lo protagoniza la línea de ventanas a nivel del suelo (visto desde el exterior). Este aspecto proporciona desde dentro una referencia clara del horizonte, en cualquier dirección que se mire. Y desde fuera hace que la masa de hormigón de la iglesia parezca estar levitando.
En el interior se observa que el muro de los cimientos presenta un lado inclinado. Con esa inclinación se crea una especie de gran cuenco. Además hay un lucernario perimetral que arroja luz natural en lo profundo de la nave, pareciendo que la cubierta flota.
Hay una pantalla vertical de madera, colgada de la pared, que proporciona textura y patrón alrededor de todo el espacio. La iglesia circular se caracteriza por la presencia de dos materiales principales. Por un lado las superficies de hormigón gris suave, y por otro el cálido revestimiento de madera.
Para preservar la integridad de la forma, se accede a la iglesia a través de un recorrido axial, que se transforma en una rampa. Hay un eje que conecta la nave, el edificio anexo, y la iglesia preexistente de techo rojo, la cual se utiliza para actividades parroquiales.
Un corredor subterráneo, al que se accede mediante unas escaleras curvas detrás del altar, conecta la nave con el edificio próximo. Este anexo se caracteriza por su profundo techo de hormigón que vuela. Posee unas vigas de gran canto que sostienen el voladizo, creando un patrón de sombras a lo largo del borde del edificio.
Un segundo eje, que parte desde el altar y lleva al campanario, se extiende hasta la carretera en la distancia.
Comentarios del equipo ARQBR
A continuación, algunos de los comentarios que el propio equipo ARQBR expresó sobre esta iglesia Circular:
Más allá de su sentido organizativo y orientativo, el horizonte simboliza la visión general. Y principalmente la conexión entre el observador y su entorno, una condición necesaria para la manifestación del paisaje.
Al revelar la presencia del horizonte, la arquitectura se convierte en un elemento constitutivo del paisaje. Es una apertura hacia la dimensión poética del mundo, conectando la realidad material con la mirada de aquellos que la observan.
El concepto arquitectónico sintetiza las tres premisas fundamentales de Brasilia.
Estas declaraciones hacen referencia a la incorporación de la estructura a la topografía, la integración de espacios públicos y privados, y el uso del paisaje como elemento organizador.
El proyecto para la iglesia circular La Sagrada Familia lo desarrolló el equipo de ARQBR. Fotos de Joana França.