Estos renders corresponden al proyecto de Museo Csontváry, para la ciudad de Pécs, una de las más pobladas de Hungría. Su forma tan rotunda, y ubicación, marcan los rasgos principales de este museo de pintura.
Un cubo translúcido para un museo de pintura
El edificio estará dedicado a la obra de uno de los mejores pintores húngaros: Tivadar Kosztka Csontváry. Un artista expresionista, aunque para otros es difícil de clasificar. Fue autodidacta, estaba obsesionado con la religión, y tenía un carácter introvertido y esquizofrénico.
El proyecto se ubica a las afueras de la ciudad, concretamente en una mina de carbón abandonada. De esta manera se huye de la típica relación entre museo y plaza, con el fin de estar más próximo a la obra de Csontváry. El edificio público se convierte en símbolo, y lo hace en un entorno dramático.
El museo es un cubo de fachada homogénea. Recuerda al auditorio Kursaal de San Sebastián (España), por su forma y transparencia. En su interior aparece una atmósfera de contrastes, debido a su núcleo oscuro (cerrado) y fachada de vidrio. El centro está formado por una estructura de hormigón armado, mientras que el perímetro es de acero.
El museo y su contexto generan una fuerte tensión visual, similar a la tensión emocional de las pinturas de Csontváry. El blanco y brillante cubo parece flotar en la parte superior del cráter, encerrando el color anaranjado de su corazón, que recuerda la sensación brillante de los cuadros más famosos del artista. La revitalización de la mina de carbón se espera que pueda ser interpretada por las generaciones futuras como un mensaje simbólico del pasado del pintor.»
El proyecto para este museo de pintura fue realizado por el estudio de Nartarchitects.