Este concepto de rascacielos que se inspira en la naturaleza, tanto en sus formas como en las estrategias de integración. Es una ciudad pensada para ser autosuficiente, no sólo energéticamente, sino también en lo económico, social, y medioambiental. Su autor la define como una ‘máquina viva’.
Eco-Cybernetic City cuenta con aerogeneradores que aprovechan las corrientes de aire entre las dos torres que forman su estructura (150 pisos). Es capaz de obtener agua del aire, aparte de almacenar la de lluvia. Incorpora en su fachada celosías fotovoltaicas que alimentan a una media-fachada de LEDs que interactúa con los cambios ambientales. Por si esto fuera poco, en la piel del edificio también hay unos ‘paneles bioclimáticos’ que, mediante nanotecnología, mantienen limpia la fachada, a la vez que favorecen el crecimiento de plantas trepadoras.
Más información en el blog de Orlando de Urrutia, autor de esta idea.