
Esta lámpara para colgar tiene su encanto no sólo en su sencilla forma esférica, sino que además su doble acabado en cobre y bronce le aporta una gran originalidad. La lámpara es una auténtica escultura colgada del techo, con grandes propiedades reflexivas de su entorno, y de apariencia bicolor con el interior de cobre y el exterior de bronce.
Este sorprendente acabado se consigue con una sofisticada técnica de metalización, vaporizando una pequeña cantidad de cobre a una temperatura muy alta, y luego aplicando una carga eléctrica que sirve para fijar el acabado a la superficie del policarbonato, que es el material base de la lámpara. Se remata con un cable claro y un aplique superior negro.

Es un diseño de Tom Dixon, y está producida por TOM DIXON, una compañía del propio autor y David Begg. Visto en materialicious.
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