Safe House: una anécdota arquitectónica

Safe House es una vivienda unifamiliar en la que se planteó muy en serio el tema de la seguridad. Se resolvió con elementos móviles y/o abatibles, formando un búnker por fuera y una urna de cristal por dentro. Es un proyecto que estuvo nominado en varios premios internacionales de arquitectura.

A todo el mundo le gustaría vivir en una casa con buenas vistas, y si es posible con fachadas acristaladas. Ejemplos en la arquitectura contemporánea tenemos muchos. Un caso extremo es la vivienda Division Knoll. Pero una arquitectura tan «abierta» genera determinados problemas, como son la privacidad y la seguridad. Casi siempre se resuelven con otros elementos exteriores/interiores, y hasta contratando a terceros sofisticados sistemas de vigilancia y alarma.

Safe House está en las afueras de Varsovia (Polonia). Es una vivienda bastante grande (566,51m²) en una parcela de 2.500m², que desde el principio se planteó para ser un hogar de máxima seguridad. Había que proteger el volumen que contiene la vivienda, pues anexo a él hay otro cuerpo de una planta con las instalaciones de una piscina cubierta.

La casa se desarrolla dentro de un paralelepípedo de dos plantas, que puede estar abierto o cerrado, gracias a elementos móviles por motor eléctrico. Así, tenemos unos ‘muros’ de 15 metros de largo a cada lado de la planta baja que se pueden desplazar hacia el muro de la entrada (lado norte); o elementos tipo contraventana que se abaten hacia el exterior; una persiana metálica de 6m de altura que puede ocultar toda la fachada sur -también sirve como pantalla de proyección-; e incluso la pasarela que conecta el piso superior con la azotea de la piscina, que funciona igual que un puente levadizo.

La estructura es de hormigón armado. Los elementos móviles se han hecho con una ligera estructura metálica aislada con lana de roca, y tienen el mismo revestimiento del resto de la casa: tableros de 15mm de madera contrachapada de aliso a prueba de agua. La valla exterior tiene la misma altura (2,2m) y acabado que los muros móviles.

El planteamiento del proyecto a toda esta paranoia del cliente es digno de ver. Lo mejor de todo es que cada una de las piezas móviles tiene el grosor y el mismo tratamiento que los cerramientos del edificio, pero lógicamente no deja de ser una anécdota arquitectónica en un proyecto más, que ha sacrificado parte de su belleza en materializar una obsesión.

La Safe House es un proyecto del estudio polaco KWK Promes.