A una familia del norte de Portugal (Vila Nova de Famalicão) se le había quedado pequeña la casa. Su dueños decidieron contratar los servicios de un arquitecto para que les realizara un proyecto de ampliación. La idea era que la nueva vivienda se ajustara a las necesidades actuales de confort, al tiempo que respetara la normativa de edificación del lugar. La Casa Nuno Pimenta en su estado anterior era un edificio de dos plantas, rodeado de árboles.
Con la reforma mantiene el volumen original, pero pasa a extenderse pendiente arriba por la ladera. Forma un patio rectangular, y sitúa las nuevas habitaciones al fondo. El salón, comedor, y cocina, se sitúan en la planta alta del edificio antiguo, al cual se le ha liberado parte de la tabiquería. Abajo ha quedado una planta para uso de servicios y de entretenimiento, conectada a un nuevo garaje.
Finalmente el proyecto consigue que el nuevo edificio parezca haber estado allí desde un principio, o dicho de otra manera: la parte preexistente ha tenido una evolución ‘natural’ que se funde con el perfil del terreno.
Como viene siendo habitual en un proyecto construido en una ladera, la estructura de esta casa también cuenta con importantes muros de contención, de hormigón armado y de mampostería.
El interior es bastante neutro, con paredes blancas de yeso, y suelos de madera (pino americano). No ocurre igual en planta baja, que se ha tratado con pintura epoxi. Toda la cubierta es de zinc, aunque hubiésemos preferido que al menos la parte de pendiente más suave fuera vegetal.
El proyecto de ampliación de esta vivienda fue realizado por José Carlos Nunes de Oliveira (NOARQ)