Esta extraña lámpara consiguió ganar el Premio Braun 2009. Es una creación que, según el jurado:
No sólo hace un buen uso de la innovación tecnológica, sino que además representa una experiencia muy positiva para el usuario gracias a su diseño de alta calidad.
La lámpara CLAM se basa en tecnología OLED (organic led) para emitir una luz difusa, muy parecida a la luz del día. Puede además variar la posición de sus pantallas de cerradas a abiertas, a la vez que va cambiando la intensidad de su luz. Cada una de las opciones de esta lámpara de techo se pueden controlar desde un mando a distancia que tiene una interfaz táctil. De la misma manera se hace para la versión de lámpara de pie, aunque en este caso el diseño cambia sensiblemente, no hay más que fijarse un poco en las fotos. El único punto débil que tiene CLAM es la similitud de sus pantallas con unas raquetas.
Clam es un diseño de Johanna Schoemaker, hecho a partir de un trabajo de fin de carrera para la Universidad alemana de Wuppertal.