La principal ventaja del alumbrado público con tecnología LED está en su bajo consumo de energía, pero con la cantidad de modelos que están saliendo al mercado, los diseñadores están buscando puntos con los que distinguirse de la competencia. Tal es el caso de la farola LOLA, un modelo LED que además presume de no provocar deslumbramiento.
Esta particularidad es conseguida porque funciona según el principio óptico de la deflexión (desviación de la dirección), dirigiendo la luz de sus LEDs a las paredes de su reflector, el cual trabaja como un colector y deflector, proyectando la luz hacia la calle. Este proceso está optimizado gracias al recubrimiento empleado en el reflector, que captura toda la luz enviándola al proyector central, manteniendo además una luz uniforme, y sin que ciegue.
El cabezal de Lola además es más pequeño que el de las farolas convencionales, apreciándose en su perímetro unos elementos diseñados para disipar el calor generado por la fuente de luz. Su base adopta un perfil con sección ondulada, el motivo no es otro que el de facilitar despegar pegatinas y carteles adheridos. Hay que destacar también que se trata de una farola sin mercurio, con una estructura de aluminio, y que todos sus componentes son reciclables.
La farola Lola ha sido creada para la firma italiana Metalco por los diseñadores de Lagranja Design, y fue galardonada con el Delta de Plata 2012 en los prestigiosos premios ADI Design.