Probablemente para una inmensa mayoría de personas, esta casa de lujo representaría el sitio ideal para vivir. El proyecto se inspira en lo más primitivo, pero no es tradicional, pues está amueblada con modernidad sin ser extravagante. Además se vale de la tecnología de una manera sutil y hasta eficiente. Y por si fuera poco, está en un lugar paradisíaco.
Es todo un acierto que el diseño y tamaño de la casa no quiera competir con el entorno, desarrollándose en una sola planta. Pero más mérito tiene la humildad con la que el arquitecto autor del proyecto desarrolló su trabajo, renunciando a que fuera su obra la única protagonista del lugar. Eso es algo difícil de controlar, teniendo en cuenta la tentación de tan apetitoso encargo.
La vivienda tiene tres dormitorios, y aunque en los baños y otras dependencias encontremos mármol travertino, el lujo se aplica con enorme sencillez. El espacio principal está compuesto por la típica organización de cocina-comedor-salón. Se ilumina lateralmente por toda la fachada que da al jardín, y por una franja superior de luz cenital. La lámpara que cuelga sobre la isla de la cocina es del diseñador holandés Marcel Wanders; el resto de muebles son de un estilo también muy moderno, y hasta minimalista, combinando siempre el color marrón oscuro de la madera y un blanco-marfil.
Otros detalles interesantes
En el exterior se emplea tanto la piedra como la madera de cedro. Eso ayuda a que la casa se integre aún más en los hermosos jardines tropicales que la rodean. Tanto jardín no supone un derroche de agua, pues hay un depósito subterráneo. Ahí se pueden almacenar 20 mil litros de agua de lluvia, que se utiliza para el riego. Esta casa cuenta con una impresionante piscina de agua salada (y spa), con posibilidad de ser calentada. La calefacción es por suelo radiante en todas las habitaciones, incluyendo los baños, y la instalación de aire acondicionado permite que en cada cuarto se pueda ajustar una temperatura independiente. Señalar que en las ventanas de los dormitorios y del salón, hay instaladas unas pantallas de tela que sirven de persianas y que se accionan mecánicamente.
Las imágenes de esta lujosa casa fueron publicadas en la página de una inmobiliaria australiana. Desconocemos el nombre del arquitecto que la proyectó, pero sí que se puso a la venta por unos $2.8 millones. Suponemos que gran parte de su valor se debe al suelo, una zona residencial de lujo a cinco minutos de la playa, concretamente en Byron Bay (zona Este de Australia).
