En otro lugar lo hubieran llamado Volcán, pero teniendo al Vesubio a 15 kilómetros, no resulta extraño el nombre de Vulcano Buono. Es el centro comercial y de ocio de la ciudad italiana de Nola, diseñado por Renzo Piano. Es un singular proyecto con forma de cráter, pensado para integrarse en el paisaje, gracias a sus cubiertas ajardinadas.
El edificio desarrolla un hipermercado, galerías de tiendas, 2.000 butacas en salas de cine, restaurantes, hotel, oficinas,… La organización se hace de manera radial, teniendo en su periferia las áreas de aparcamiento. En el centro hay una plaza arbolada de 160 metros de diámetro, para la celebración de eventos. El cráter está proyectado para tener diferentes pendientes en sus laderas, por eso la altura varía desde los 25 hasta los 41 metros.
La estructura es de hormigón armado, y para evitar demasiados soportes, muchos se diseñaron en forma de árbol. Se dividen a determinada altura en varias «ramas» que recogen las cargas de la cubierta. La entrada de luz natural a las galerías comerciales se hace con numerosos tragaluces (de doble acristalamiento).
La imagen más espectacular que se tiene de este edificio es desde lejos. Y mejor aún si es desde arriba, porque sus cubiertas de césped en suave pendiente hasta el cráter hacen que la percepción más importante de todo el centro comercial sea su perfil. La parte más floja del complejo es precisamente su cráter. En vez de funcionar como una auténtica plaza, es más bien un gran patio trasero de las tiendas, sobre todo cuando en él no se celebran eventos.
Y ahora la pregunta del millón: ¿Cuántos años tardará en compensar los jardines de sus cubiertas todo el CO2 emitido durante la fabricación de su hormigón?
Imágenes de la web de Renzo Piano.