Esta idea salió de unos estudiantes (Yusuf Muhammad y Paul Thomas) que ganaron uno de los concursos James Dyson. Lo hicieron con una instalación diseñada para apagar el fuego originado por uno de los accidentes domésticos más comunes: algo que arde en la cocina. ¿Quién no se ha dejado alguna vez la comida olvidada en el fuego?
Cuando el incendio comienza, un detector de calor activa (inalámbricamente) una bomba colocada bajo el fregadero. Está conectada a la tubería de agua fría, e impulsa el agua hasta unos orificios en la base del grifo. Se genera una niebla en toda la cocina del 30% de agua, que será la que consiga apagar el fuego.
La parte más sencilla de este método está en la discreta alteración que habría que hacerle al diseño del grifo del fregadero, y la más complicada la del detector. Pero aún así presenta claros beneficios, como son la reducción del daño ocasionado por el humo y el agua, y el más importante de todos: evitar que el incendio se propague al resto de la vivienda.
En el siguiente vídeo Yusuf Muhammad explica su invento. Es una demostración de cómo funciona Automist, en la que se entiende perfectamente su utilidad y eficacia para conseguir apagar el incendio generado en la hornilla.