Lo que se muestra en este artículo tiene que ver con la propuesta de MVRDV para un complejo hotelero en la costa de Montenegro. Se ubica a 2 kilómetros de Sveti Stefan, lugar de pleno crecimiento turístico con la mayor parte aún virgen. El hotel contará con 115 apartamentos, 87 habitaciones, restaurante, piscina, aparcamiento y locales comerciales. Pero lo interesante en este caso es que el cliente estaba decidido a combinar la exclusividad con la sostenibilidad del proyecto, conservando la naturaleza.
El resultado es un edificio que queda cubierto con una manta vegetal, algunas partes incluso más altas, creando una colina artificial que a la vez es una construcción emblemática. ¿Demasiado drástico? ¿Es necesario este camuflaje para ser ecológico? Esperamos que de aquí a que se haga realidad tengamos una lista más seria de cualidades sostenibles.
Más información en la web de MVRDV.