Los autores de este proyecto habían decidido crear un complejo residencial que se viera como algo único. Por eso alteraron el típico bloque de pisos para que su cubierta inclinada tuviera un uso muy peculiar. Tal vez sin saberlo, habían repetido el mismo concepto de la planta incineradora que BIG diseñó para Copenhague. Aún así el propósito de este Slalom House está muy claro: ser también un edificio con pista de esquí en azotea.
El proyecto está pensado para Astaná, la capita de Kazajistán, y de construirse sería el primero del mundo en su categoría. Tiene la ventaja de permitir esquiar en cualquier época del año, ya que el diseño incluye la azotea pavimentada con Snowflex. Es un sistema sintético que permite la práctica del esquí y snowboar durante cualquier día del año.
En las imágenes publicadas aparecen dos versiones diferentes de la misma idea. En una de ellas la parte más alta del inmueble alcanza la altura de una torre de 28 pisos. La otra es más baja (21) y tiene la pista con un final distinto. Esta pista de esquí en azotea tiene una longitud de aproximadamente 326 metros, que no está nada mal, y va colocada sobre una estructura que vuela a ambos lados del edificio de apartamentos, con el fin de alcanzar una anchura respetable.
Según sus autores, este proyecto costaría realizarlo unos 70 millones de dólares, y si no es en Astaná, están dispuestos a llevarlo a cabo en otra parte del mundo.
El proyecto de este edificio con pista de esquí en azotea fue elaborado por los arquitectos de Shokhan Mataibekov. Fue finalista en los premios World Architecture Festival del 2015, en la categoría residencial.
No me imagino salir de casa con los esquis puestos en vez de bajar por el ascensor. Un proyecto extraordinario que demuestra que la imaginación no tiene limites en la era de la tecnologia.