Esta vivienda para una familia con dos hijos tiene una superficie de 100m2, está construida en una parcela con forma de abanico, en los límites de una zona residencial de Muko (Kioto, Japón), y lindando con una carretera. Aunque el proyecto tiene su interés por la distribución de espacios, la parte más singular la encontramos en la fachada principal. Funciona como una gran persiana que filtra la luz del sol. Cada uno de los elementos que la componen tienen una profundidad superior al metro, de tal manera que provocan la reflexión de la luz en las horas de la mañana y la tarde, inundando el interior de la casa con una luz difusa.
La planta baja está organizada en un espacio compartido por la cocina, comedor, y sala de estar, mientras que el dormitorio principal queda oculto tras unas puertas correderas. La habitación de los hijos queda arriba, al igual que el cuarto de baño, pero en diferentes niveles. En los planos de planta y sección se puede apreciar la disposición escalonada de cada uno de los forjados que forman la estructura de esta casa, y los espacios vacíos que dejan, provocando una mayor altura libre en la sala.
Es un proyecto de Shintaro Fujiwara.