Estas imágenes renderizadas tienen que ver con uno de los dos proyectos ganadores en el concurso de ideas para una ciudad flotante. Fue organizado por el Instituto Seasteading y la firma holandesa de diseño DeltaSync. Ya habíamos escrito un extenso artículo sobre el proyecto Floating City, que está destinado a convertirse en la primera ciudad moderna que flote en el mar. Además de funcionar de manera autosuficiente con energías renovables, también servirá como un experimento social y político.
El trabajo se titulaba Storm Makes Sense of Shelter (de Simon Nummy). Era a nuestro juicio la idea más sólida y viable de todas las presentadas a la competición; porque además de tener en cuenta las duras condiciones ambientales a las que se somete una ciudad flotante, la organiza con una arquitectura ‘sin aristas’ que crea mejores condiciones de vida para sus ocupantes.
El proyecto respeta los requisitos elementales que se pedían en el concurso Floating City. Mantiene un buen equilibrio entre espacios ajardinados y edificados. Y hace uso de una arquitectura simple (de planta circular con patio central) que integra sistemas de generación renovables (fotovoltaica y eólica); posee elementos para amortiguar la radiación solar en sus fachadas, y hasta muros vegetales interiores (cada edificio tiene doble fachada). La configuración de la ciudad se consigue con plataformas pentagonales y cuadradas, de una manera bastante sencilla. Deja las áreas más arboladas en la periferia, que son las que ayudan a romper el oleaje.
La tipología cilíndrica de los edificios es utilizada para crear estructuras de diferentes usos: residencial, industrial, comercial, y comunitaria, como se explica en el siguiente dibujo.
Es interesante también el sistema empleado para el anclaje de las plataformas. Se hace con unos tubos submarinos verticales que actúan como grandes chimeneas que crean una corriente vertical de agua (por diferencia de temperatura). Este método colabora en la amortiguación del oleaje.
Mención de Honor en Floating City
De todos los trabajos presentados para este concurso de ciudad flotante, el que llevaba por título Fantasea fue el más atrevido y futurista. Pero no se ajustaba al 100% a las bases del concurso. A pesar de ello, el jurado decidió que dicho diseño tan imaginativo era merecedor de una Mención de Honor. Su autor (Derek Ramsey) recrea una ciudad que se aprovecha de la tecnología de impresión-3D, la robótica, y las megaestructuras adaptivas. Transforma la basura de plástico de los océanos en material de construcción para la ciudad flotante. Es una propuesta cargada de utopía y optimismo.
El Instituto Seasteading es una organización no lucrativa. Está formada por expertos que trabajan para impulsar la libertad de elegir una nueva sociedad en los mares. Por eso buscan el diseño de ciudades flotantes que inspiren un cambio en el mundo.