En un edificio del Upper West Side de Manhattan había un diminuto apartamento de 22m2 que estaba en un estado lamentable, al que su propietario (un profesor universitario) quería arreglar. La solución se inspiró en el trabajo artesanal de los maestros carpinteros japoneses, especialmente en George Nakashima.
Toda la reforma de este Apartamento en Manhattan es un trabajo magistral de acabado en carpintería. Hay armarios de ciprés y bambú, una escalera de haya, suelos de roble blanco, un escritorio hecho con listones de abedul que se desliza hacia la sala. En muchos rincones se puede ver cómo parte de la iluminación está tras unos papeles de papiro,… Todo está realizado con suma delicadeza, aportando al apartamento una gran calidez. Es como vivir dentro de un trozo de madera labrada.
Hay dos bibliotecas para guardar libros, una en la planta inferior, y la otra en el loft. Ésta última está ubicada junto a la cama, como una hornacina, con el techo forrado de tablillas de madera de arce, y por supuesto con las medidas suficientes para meterse dentro y poder leer.
La renovación de este apartamento fue realizada por el estudio de arquitectura de Tim Seggerman.