Parece que se trata de la última moda: comprar una pequeña iglesia y transformarla en una moderna vivienda. Eso es lo que ocurrió con esta capilla católica de Utrecht (Países Bajos), que en vez de demolerse para construir más viviendas, se salvó y fue reformada.
Del interior de la capilla la modificación fue más bien escasa, excepto la zona del órgano, que se añadió una escalera modificando su balcón. La nave de la iglesia es ahora el salón de la casa, con comedor y cocina; mientras que el dormitorio, baño y sala de lectura se han colocado en las habitaciones pequeñas anexas.
Lo mejor de esta reforma es el contraste entre continente-contenido, lo clásico y lo moderno minimalista (pintado de blanco en toda la nave). El cuarto de baño sí que recuerda más a «su pasado».
Esta adaptación fue realizada por Zecc Architects.
Nunca hubiera imaginado que una capilla fuera tan acogedora. No es que me atraiga la idea de dormir dentro de una iglesia, pero tengo que reconocer que la reforma me ha gustado mucho.