Esta vivienda se sitúa en el barrio Windsor de Melbourne (Australia). Su parcela es estrecha, de 6 metros de anchura y 40 metros de profundidad. Por ese motivo se encuentra adosada a uno de sus linderos, dejando libre en el otro un paso lateral de grava y madera. Pero lo más llamativo de esta casa es su aspecto monolítico, ya que está revestida en fachada y cubierta por placas de titanio y zinc. Es un material reciclable que además tiene una vida útil superior a cien años.
Desde la calle, el edificio aparenta ser de una planta, pero en realidad su estructura es de dos pisos. Se construyó así para alojar todo el programa de la vivienda. La idea de darle el mismo tratamiento a fachada y cubierta, está estrechamente relacionada con su volumetría. Y precisamente por eso se percibe desde el exterior como un edificio más bajo.
En la planta alta se ha dispuesto el dormitorio principal, tratado como una suite (con vestidor y baño). Hay una sala previa desde la que se ve la sala de estar (ubicada en la planta baja).
En el interior predomina el color blanco y el revestimiento de madera en algunas paredes de la planta baja. Los suelos son de madera y de material cerámico. El tratamiento de los armarios también es blanco, resultando muy llamativa la manera en la que se han diseñado. Es especialmente atractivo el armario del dormitorio, que está situado en la cabecera de la cama y cuenta con dos puertas, una en cada extremo. La habitación de estudio que hay al fondo de la casa, tiene una pared completamente diseñada con librería y armario, por supuesto en blanco.
La casa tiene gran parte de la superficie de fachada acristalada. Hay diversos huecos en el lateral, y un estupendo lucernario justo encima del salón. Pero también presenta espacios oscuros y sin ventilación directa en el piso inferior, como se puede comprobar en los planos.
Esta casa es un proyecto de Studio Architecture Gestalten. Fotos de Markus Weber.