El mueble que veremos en este post aporta otra forma de convertir un sofá en una confortable cama. En vez de abrir o abatir toda la base del asiento, basa su transformación en el respaldo, ahí está el verdadero truco. La idea no es otra que la de abatir toda esa pieza -el respaldo-, a partir del apoyo inferior de los reposabrazos. De esa manera queda libre lo que será la superficie de la cama. Es más fácil hacerlo que explicarlo, para comprobarlo mira las fotos de este sofá-cama tan original que se llama Iceland.
La sorpresa viene luego, cuando descubrimos que el respaldo es también un lugar donde estaba guardada la almohada, y donde podremos meter ahora los cojines que tenía el sofá. Genial! ¿no? La estructura es toda de madera de arce, tiene relleno de espuma de poliuretano con base de somier, y tapizado de lana en dos colores.
El sofá-cama Iceland es un diseño de Ellen Berger Design.