No hay nada para darle un nuevo aire a una casa que cambiarle el color de sus paredes. Mejor aún si se hace de una manera integral, con las carpinterías, muebles, zócalos… Ocurre que casi siempre nos gusta un determinado color, pero pintar con la intensidad y tono apropiado suele ser difícil.
Las fotos de este artículo demuestran cómo una sabia elección de naranjas, verdes, amarillos y blancos pueden convivir en perfecta armonía cuando se elige bien la paleta de colores. Este ejemplo corresponde a una típica casa eoliana de la isla italiana de Filicudi, en el corazón del Mediterráneo.
En esta ocasión nada está pintado de azul, tal vez el color más mediterráneo (?), pero seguro que va a servir de inspiración para quienes estén ya pensando en pintar la casa.
Las fotos fueron hechas por Adriano Bachella.