
Viendo el proyecto Linked Hybrid en Pekín, de Steven Holl Architects, con esas 8 torres conectadas por puentes en sus últimas plantas, a uno se le sugiere rápidamente la idea que tiene para Shangai 2035 el estudio de A-Asterisk, donde toda una nueva ciudad crece a 300 metros de altura, apoyada en multitud de nuevos rascacielos. Aparentemente es una loca idea candidata a acabar en la papelera, pero si tenemos en cuenta los graves problemas a los que se presentan la mayoría de las grandes ciudades y el fracaso de casi la totalidad de los planes urbanísticos, parcheando cada cierto tiempo… ¿por qué no llevar el Urbanismo al nivel 2?

Admitámoslo, las ciudades históricas son un lastre para la vida moderna y una amenaza para el medio ambiente: malas infraestructuras, problemas de tráfico y comunicación, derrochadoras, contaminadoras… y el proteccionismo de las administraciones no hace más que retrasar muchas de sus soluciones. Hay un abismo entre la tecnología del siglo XXI y la que existía cuando se crearon los primeros asentamientos, y sin embargo no somos capaces de romper con lo que realmente impide que las ciudades evolucionen: su historia.

La propuesta para Shangai de A-Asterik es una de las soluciones posibles: crear una nueva capa urbana, un nuevo tejido a cierta altura, en este caso a 300m, que permita la existencia de la ciudad antigua pero que cree una nueva red de comunicaciones eficaces y rápidas, y toda una gama de servicios y usos que la población necesite.

Pero hay que reconocer que la trama que se ha elegido para la idea de Shangai 2035 es bastante desafortunada, porque hubiera sido más práctico e inteligente ir a un modelo ortogonal o radial, como el que plantea J. Fresco en su ciudad ideal, en vez de repetir lo anterior.
