China continúa estrenando edificios culturales. En esta ocasión se trata del Museo de Arte Contemporáneo para Yinchuan, un singular edificio que está ubicado cerca del Río Amarillo, en una zona de humedales con protección medioambiental. Precisamente fue este entorno el que sirvió de inspiración, pues los arquitectos se valieron de un estudio geomorfológico para darle forma al museo, como si se tratara de una gran roca erosionada por la acción del río.
El diseño culminó en un edificio de compleja volumetría. Su fachada parece el resultado de las fuerzas geológicas que moldearon durante miles de años ese lugar. Hace que el edificios se perciba como «algo de allí». Para poder visualizar la estructura natural del terreno, y conseguir esa textura en la fachada, el equipo creativo empleó técnicas paramétricas.
Si el resultado exterior es atractivo, el interior no se queda atrás. El edificio presenta un gran vacío central que divide al museo en dos. Atravesando la grieta que sirve para definir la puerta principal de acceso, encontraremos un atrio de circulación que ocupa toda la altura del edificio. Está inundado de luz cenital, y con las paredes también labradas por la misma acción que ha definido las fachadas.
Este Museo de Arte Contemporáneo contiene dos grandes galerías en el tercer nivel, destinadas a colecciones temáticas, y una colección permanente en el segundo piso. También dispone de salas educativas, de conferencias, una biblioteca, varias aulas, y un restaurante en la parte final del recorrido, junto a un parque con esculturas.
El Museo de Arte Contemporáneo de Yinchuan ha sido diseñado por el estudio WAA (We Architech Anonymous).