El proyecto de esta vivienda adosada se inició por encargo de unos inversores inmobiliarios. Se consideró un programa tipo pero con acabados por encima de la media. El resultado fue un éxito, ya que la Casa Ming se vendió mucho antes de estar terminada. El edificio está ubicado en Monterrey (México), dentro de una zona residencial rodeada de casas vecinas. Es una circunstancia que provocó un diseño muy cerrado al mundo exterior, pero perfectamente resuelto en cuanto a luz natural y ventilación se refiere.
La organización es bastante lógica, pues tiene la zona de vida y de servicio en la planta baja. Los dormitorios y una sala familiar están en la planta alta, destinando a cochera un gran espacio cubierto en la fachada principal. En la parte trasera se ha encajado un jardín con piscina. A pesar de ello, la Ming House se ha resuelto de una manera peculiar, diferente a lo que podríamos esperar en una casa adosada, con la escalera arrancando al final de un pasillo, en vez de hacerlo justo en la entrada. Pero es precisamente esta circunstancia la que le da carácter. Un muro medianero de piedra se viste con las sombras proyectadas por un cielo raso de madera, situado justo debajo de un lucernario.
Más detalles de la Casa Ming
Encima de la escalera hay otro tragaluz, que aporta iluminación suficiente para todo el distribuidor superior. Nótese que en la planta alta se mantiene un alto nivel de privacidad, con tan solo una pequeña ventana a la calle, en uno de los dormitorios. Ni siquiera la recámara principal tiene ventana directa al jardín. El resto de espacios poseen huecos que dan a alguno de los dos patios de luces existentes, donde uno de ellos está lleno de vida, con un exuberante jardín vertical en uno de los muros.
Es un proyecto de los arquitectos LGZ. Fotos de Jorge Taboada.