El sillón es uno de esos muebles en los que no siempre la belleza está ligada al confort. Puede ocurrir que aquel bonito diseño que en su día nos cautivara, acabe siendo un elemento decorativo en el salón. El sillón Lounger se creó para ofrecer al usuario ante todo un buen lugar para relajarse. Por eso cuenta con unos reposabrazos bien marcados, y un amplio respaldo que recoge lateralmente la posición de nuestra cabeza. Es el sillón de toda la vida, pero modernizado. Es verdad que sus patas no acompañan demasiado al resto, pues se ven demasiado ligeras.
Su estructura es de tubo de acero, mientras que el asiento y el respaldo están hechos en madera contrachapada de nogal. Puede tener un acabado barnizado, teñido en negro, o lacado. La estructura de las patas está disponible en el mismo color que el resto del sillón, de hecho creemos que la mejor versión de todas es en monocolor. Existen versiones tapizadas en tela o en piel, y puede ir acompañado por un reposapiés. En el dibujo siguiente están acotadas sus dimensiones.
Este sillón ha sido diseñado por Jaime Hayon para la firma BDBarcelona.