El Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 supuso el inicio de emisiones en directo en tres dimensiones. Sony llegó a un acuerdo con la FIFA para que 25 partidos de la fase final se emitieran en ese formato. Para llevar a cabo esas transmisiones se emplearon cámaras Sony ya preparadas para grabar en 3D. Por eso se esperó que hacia la mitad de dicho año aparecieran televisores específicos de los grandes fabricantes, ya preparados para las 3D.
LG fue de las primeras compañías en ofrecer pantalla de monitor de 23 pulgadas, y con resolución FullHD preparada para contenidos en 3D (mediante gafas).
En Corea, no sólo se prepararon para recibir la señal de televisión en alta definición (1080p), sino que se hizo además en tres dimensiones. En 2010 comenzaron con las emisiones de prueba (terrestres), y para ello los hogares tuvieron que prepararse con receptores y televisores adecuados.
En España, la televisión catalana TV3 preparó contenidos 3D para ser vistos con gafas anaglíficas (las de dos colores); la empresa murciana Neotecno en colaboración con La Opinión TV estuvo ofreciendo contenidos en 3D a través de la TDT, pero sin necesidad de gafas, aunque sí una pantalla preparada (monitor autoestereoscópico), o mediante un adaptador para la pantalla más un receptor para recibir la señal 3D; todo con tecnología desarrollada y patentada por Neotecno.
Todo parecía que el futuro de la TV estaba cada vez más claro: una evolución hacia las pantallas LED preparadas para las 3D (con gafas) y en FullHD. El paso siguiente sería liberarse de las gafas pasivas y de la propia TDT, para adentrarse en contenidos a la carta desde la red, por supuesto en tres dimensiones. Pero desafortunadamente, nada de eso sucedió. La TV 3D para las masas, fracasó, again.
[…] que tener presente que sea compatible con esta nueva especificación, y por supuesto tener una pantalla capaz de ofrecer estas emisiones en 3D, con sus correspondientes gafas, […]