Las fotos de este artículo pertenecen a un apartamento situado en un edificio plurifamiliar de Reikiavik (Islandia). Es el resultado de una reforma en un espacio de 48m2, llevada con un detalle máximo y gran sencillez. Se hizo así tanto en la organización final de la vivienda, como en la decoración y mobiliario elegido.
El color blanco hace que todo el espacio se vea más grande de lo que en realidad es. Pero esa estrategia también se acompañó de algunos recursos interesantes, como las puertas correderas que separan el salón del dormitorio. Son paneles de acrílico con pequeños agujeros para operar sobre ellas, en vez de tiradores, y que cuando están abiertas crean bastante amplitud en la sala de estar.
Con los dos balcones acristalados -el que se ve en las imágenes, y otro en la parte trasera- se consigue llegar a los 52m2; y con los muebles y armarios camuflados se alcanza otro nivel más en el aprovechamiento del espacio. Un ejemplo claro se ve en el mueble que contiene la pantalla de televisión, los armarios de la cocina, y el que hay en el dormitorio.
El cilindro metálico que atraviesa la isla de la cocina se supone que es un elemento inamovible del edificio, y que se ha preferido decorar con ese estupendo acabado metálico.
Es una incógnita comprobar que la carpintería exterior utilizada no coincide en ningún momento con la del resto del inmueble (de color rojo). Nótese el vidrio delantero que hay en el balcón acristalado, dando protección de barandilla.
Es un proyecto del arquitecto noruego Gudmundur Jonsson, que lo diseñó para él mismo.