No es la primera vez que sabemos de alguien que se ha inspirado en el esqueleto de un animal para desarrollar una escalera, en esta ocasión se trata de la espina dorsal de una ballena, para dar como resultado esta escalera en espiral llamada Vertebrae. Es una sucesión de vértebras acopladas entre sí que forman una estructura autoportante apoyada en los pisos inferior y superior.
La clave de este diseño reside en la pieza que forma cada vértebra, que está compuesta por varias capas de material resistente. Se van acoplando entre sí mediante unos pasadores de acero, de tal manera que cuando todas están unidas forman el trazado de la escalera con los elementos base: peldaños y barandilla. La primera y última vértebra están ligeramente modificadas para realizar la conexión a cada uno de los forjados (pisos), sin ningún tipo de soporte más, ya que el conjunto está diseñado para que la carga de uso se vaya transmitiendo por las vértebras hasta el piso, y resistir otros tipos de esfuerzos que se producen en su interior.
Estas escaleras han sido diseñadas por Andrew Lee McConnell.