Glass Tree: una fusión entre modernidad y tradición
Glass Tree no es solo una renovación arquitectónica. Es un encuentro entre el presente y el pasado, donde el diseño contemporáneo se sienta a la mesa con la tradición. En San Michele Salentino, Italia, este proyecto transforma un conjunto de trulli y lamie —esas construcciones de piedra con techos que parecen sacados de un cuento— en un espacio que respira historia sin dejar de mirar hacia adelante.
Aquí no se trata de restaurar por restaurar. Se trata de darle otra vida al lugar. El diseño respeta la identidad de la región, pero le suma una mirada actual. Es ese raro equilibrio entre lo auténtico y lo cómodo, lo de antes y lo de ahora.
Y sí, hay un protagonista claro: una sala de estar hecha de vidrio, enmarcada con acero Corten, donde un olivo centenario crece en el centro como si siempre hubiera estado ahí. Es una postal que resume todo el proyecto en una imagen: arquitectura moderna abrazando la naturaleza.
Materiales y detalles: una conexión con la tierra
Aquí, los materiales no son solo para construir. Son para contar historias. Piedra local, texturas vivas, paredes que muestran tanto lo restaurado como lo vivido, con cal orgánica y yeso rústico. Todo aquí tiene algo que decir.
La cocina y los baños no se quedan atrás. Lavabos e isla están tallados en bloques de piedra que parecen sacados de una cantera olvidada. Rústicos, sí, pero con presencia. Aunque ojo: no todo es tradición. En algunos rincones, como los baños con puertas de vidrio, la modernidad entra pisando fuerte. Bonito, pero no para los tímidos.
Una experiencia que va más allá de las paredes
Glass Tree también se disfruta fuera. El trabajo de excavación y paisajismo dio forma a un patio amplio, que no parece añadido, sino parte del todo. Las grandes ventanas pivotantes conectan sin interrupciones el interior con la piscina y el paisaje. No hay fronteras, solo vistas que invitan a quedarse.
Y cuando cae la noche, el ambiente cambia. Las luces, pensadas al milímetro, dibujan las formas del lugar y convierten la piscina en un espejo tranquilo, iluminado como si esperara a alguien. Todo parece respirar más lento.
¿Y al final? Una casa con alma
Glass Tree no intenta decidir entre lo viejo y lo nuevo. Se queda con lo mejor de ambos mundos. El uso de materiales con historia, el respeto por el entorno, y un diseño que no quiere destacar, sino encajar, hacen que este proyecto se sienta diferente. Más honesto. Más real.
¿Detalles a mejorar? Claro. Esos baños con puertas de cristal, por ejemplo. Pero el conjunto funciona. Y emociona. Porque al final, esto no es solo arquitectura: es una forma de vivir el espacio, de hacer las paces con el pasado y abrirle la puerta al futuro.
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La rehabilitación de Glass Tree es un trabajo de EV Signature.