Los televisores 3D nacieron como una innovación emocionante en la década de 2010. Utilizaban tecnología especial para mostrar imágenes tridimensionales, brindando una experiencia inmersiva. Sin embargo, el desarrollo fue complicado y costoso, con la necesidad de gafas especiales. Además, la falta de contenido 3D de calidad limitó su éxito. Esto resultó en un fracaso comercial, con la mayoría de los fabricantes abandonando la tecnología. Hoy en día, los televisores 3D son una rareza en el mercado, recordando un breve entusiasmo tecnológico que no logró perdurar.
Philips sacó al mercado un monitor con un revolucionario sistema para ahorrar energía cuando nos ausentamos de nuestro escritorio. Lo hace gracias a unos...