El estudio de Daniel Libeskind diseñó el proyecto para el Museo del Kurdistán en la ciudadela de Erbil, sede del gobierno autónomo kurdo en Irak. El edificio está proyectado para transmitir una fuerte carga emocional, donde cada uno de sus cuatro volúmenes principales representa a las regiones kurdas de Turquía, Siria, Irán, e Irak. Posee una doble línea estructural para representar el pasado y el futuro, así como una extensa lámina de agua.