La iglesia Circular en Brasilia es una maravilla arquitectónica de hormigón y madera, consta de cuatro edificios junto a una carretera principal. Parcialmente enterrada, ofrece vistas panorámicas a través de ventanas a nivel del suelo. En el interior, un muro inclinado crea un cuenco, y un lucernario perimetral ilumina la nave. El acceso se realiza por un recorrido axial, y un corredor subterráneo conecta la nave con un edificio anexo. Es una brillante fusión de diseño y naturaleza.