La Casa Bluff está encima de un acantilado de Montauk (Nueva York, EE.UU.), rodeada por bosques, humedales, y agua, motivo por el cual el cliente pidió que mantuviera el mayor número de vistas posibles, y que tuviera un mínimo impacto en el paisaje. Esta construcción debía también funcionar con todas las comodidades de una casa de vacaciones en cualquier época del año.
Bluff House es también una de esas casas de campo que resuelven con habilidad el desnivel del terreno: la entrada principal se hace por el nivel superior, justo al final de la pendiente de la colina, pero el garaje está situado en el nivel inferior. Hay un jardín delantero que marca el camino hacia la puerta, y un jardín trasero donde está la piscina, siendo esta fachada la que obtiene las mejores vistas al mar.
La organización de esta casa se realiza en dos volúmenes, uno para el salón, comedor y cocina, y otro para los dormitorios y cuartos de baño. Junto a una sala de estudio se ha colocado el dormitorio principal, que cuenta con un interesante cuarto de baño que tiene una ducha al aire libre (en una pequeña terraza). Los otros dos dormitorios están abajo, y comunicados entre sí, aunque mantienen entradas independientes. El análisis de los planos de planta desvela que la dirección de la escalera de acceso exterior continúa dentro, haciendo que la cocina y escalera principal no estén alineadas con los ejes principales de la vivienda.
La estructura del edificio es metálica, y queda a la vista en muchas de las zonas, aunque hay que señalar que el cuerpo de hormigón que forma la chimenea, también está colaborando estructuralmente. Predominan los acabados de madera, tanto dentro como en el exterior, y la carpintería metálica de las fachadas mantiene el mismo acabado y color que la estructura.
Esta casa en ladera ha sido diseñada por Robert Young.
Este proyecto es el ejemplo perfecto de un sueño hecho realidad.